Una de las más arraigadas tradiciones
del pueblo católico es la llamada Misa de Gallo, que tiene sus origenes desde
los inicios de la iglesia Católica y que perdura hasta nuestros días. La
Misa de Gallo se celebra la noche del 24 de Diciembre a las 24 horas.
Se celebra para conmemorar el nacimiento del Niño Dios y en ella las 2 lecturas
y el Evangelio se enfocan a narrar el nacimiento en Bélen. Tras la cena de
Nochebuena, las familias católicas se dirigen al templo a conmemorar el
nacimiento de Jesús.
Buscando, buscando; en un diccionario antiguo ("Diccionario de La Academia
Española, de Don M. Nuñez de Taboada y D. Vicente González Arnao, aumentada
de la octava edición hecha en Madrid en 1837"), y en la palabra Gallo,
dice: ... !!Al primer gallo. expresión antigua que quiere decir = A media
noche. !! ...
Pienso que cabe suponer que de ahí
puede derivar el nombre de misa del gallo, que es la primera que se realiza, de
las tres del día 25. Por otra parte en un misal ("Misal completo para los
fieles, por el P. Vicente Molina. 1950) dice: Estación en Santa María la
Mayor.- En el altar del pesebre (La Misa).- Algo muy característico de la
venerable solemnidad del 25 de diciembre es la triple celebración del Santo
Sacrificio. La Iglesia Romana tomó esta costumbre de la Iglesia de
Jerusalén, que celebraba tres misas en dicha fecha: La primera en la cueva de
la Natividad, santificando así, en la noche, la hora del nacimiento del Señor;
la segunda, al amanecer, volviendo a Jerusalén la celebraban en la iglesia de
la Resurrección, recordando, con los pastores, el Natalicio del Dios-hombre; y
la tercera en el templo, siendo esta el oficio solemne del día.
Los Romanos por su parte quisieron celebrar también tres misas: Una en
Santa María la Mayor, en el altar del pesebre, imitación del de Belén,
durante la noche recordando la hora del Nacimiento; otra en la hora de la
Resurrección (Anástasis o Resurrección) al amanecer, recordando la hora de
este memorable misterio (desde el siglo y en la iglesia de la Viuda y Mártir
Santa Anastasia); y la tercera el oficio solemne del día, en San Pedro.
La Misa de media noche recuerda el nacimiento temporal de Jesús; la de
la Aurora el nacimiento Espiritual en las almas, y la tercera, la generación
eterna del Verbo del padre, Rey Universal, que nos juzgará al final de los
tiempos. La estación de esta primera Misa, la del canto del gallo, no podía
estar mejor escogida, pues la pequeña capilla del pesebre en Santa María la
Mayor, era un trasunto de la Santa Cueva de Belén.
En la mayoría de los templos se levanta un nacimiento en el que destacan las
figuras de José, María y el Niño Dios, el cual se coloca al empezar la misa y
al final de ella se le cantan arrullos y villancicos y se les da a besar a los
feligreses, los cuales después de la misa van a sus hogares en donde el Niño
Dios ya se ha hecho presente en forma sobre todo de alegría